La publicidad de Hamlet

Los cigarros Hamlet marcaron una época en la publicidad de los años 70 y 80. La apuesta clara por un territorio de marca, el elevado nivel creativo, que utilizó el fino humor inglés como arma principal para crear empatía, así como la consistencia del mensaje a través de los años, convirtió a los Hamlet en el enemigo a batir tanto en los festivales publicitarios como en los estancos ingleses. Collet, Dickenson & Pearce, agencia de publicidad de referencia en la Inglaterra de los 70, es la artífice de un caso que deberían recoger los libros de publicidad y marketing.

El viral de la felicidad

Un viral no es una pieza audiovisual barata que se sube a la red con la esperanza de que los internautas la hagan rular entre si.
"Happiness machine" cumple además con otros muchos requisitos; tiene una idea muy potente, está ejecutada de forma impecable, encaja completamente con el territorio de comunicación de la marca, tiene emoción y suspense, es empático y sencillo, juega con el momento y lugar de consumo, apela al core target de la marca, muestra varios formatos de producto, tiene la duración adecuada, la marca aparece pero no de forma intrusiva, deja abierta la puerta para el siguiente capítulo,...
Ah, y encima la viralización está siendo masiva, pues lleva más de 635.000 visionados sólo en Youtube en tan sólo una semana.
Esto sí que es un viral.

Tributo a Teddy Pendergrass

Hoy quiero rendir mi pequeño homenaje a una de las mejores voces del soul. Escuché a Teddy Pendergrass por primera vez en los años 80. Por aquel entonces, solía escuchar todo tipo de funky; eran los tiempos de Chic, EW&F, Shalamar, Delegation, Kool & The Gang, etc. En esa época uno de mis artistas favoritos, George Benson, colaboró con un para mi desconocido Teddy Pendergrass, que me fascinó. Poco a poco, descubrí al cantante más sensual de todos los que conozco. Con una voz tremendamente melosa, interpretaba las mejores baladas que había escuchado nunca. Es el caso de "Turn off the light" o "Close the door", entre otras muchas. Sus letras eran de alto contenido sensual e imagino que contribuyeron decisivamente al baby boom de los años 80.
Su vida no fue nada fácil; cuando aún era un niño su padre murió tiroteado en su ciudad, Philadelphia. Tras debutar con los Harold Melvin & The Blue Notes, inició su carrera en solitario. Pero cuando el éxito más le sonreía, recién superados los 30, sufrió un accidente de tráfico que le postró en una silla de ruedas para el resto de su vida. Aún así, siguió con su carrera como cantante hasta que esta semana, un cáncer de colon se lo ha llevado para siempre. Tenía 59 años. R.I.P. Teddy.